Historia de Aceituna
Hola, soy Aceituna, la gata de Juan Sebastián y Natalia. Te preguntarás por qué me llamo así, ¿cierto? Quienes no me conocen siempre se hacen esa pregunta. Lo que pasa es que soy una gata negra, y como a mis humanos les gustan muchos las aceitunas me pusieron ese nombre. Igual los entiendo. Si yo tuviera hijos también les pondría nombres de cosas que me gustan, como atún, árboles o Trufa, mi hermana. Del pasado, antes de vivir con mis humanos, no me acuerdo mucho, la verdad. Creo que nací en Ñuñoa en 2014. Me acuerdo que cuando era muy chica pasaba frío y un poco de hambre con mis hermanos en la calle, pero unos humanos buenos nos recogieron y nos cuidaron en un lugar que estaba lleeeeeno de animales. También me acuerdo que a veces había mucho ruido y me daba miedo, pero la comida era rica y yo estaba más calentita que antes, así que no me quejaba.
Un día vino una de las humanas buenas a buscarme y me llevó a una sala. Ahí fue donde le conocí al humano que más quiero: Juan Sebastián. Apenas me vio quiso apretarme (porque le gusta apretarme cuando me hace cariños), pero como no le conocía todavía no le dejé hacerlo. Porque, ¿quién deja a alguien que lo apriete cuando recién se conocen? La humana que me había cuidado habló con él un rato y después me pidieron que entre a una jaula que tenía una camita. Yo entré y el humano me hizo cariños y me dio algo rico de comer. Creo que era atún, y me encanta el atún como ya les conté antes. Ahí él se ganó unos puntos y le dejé que me apriete un poquito. Después nos subimos a un auto, y nos fuimos…
¡Desde ese día han pasado ya 4 años! Ahora vivo en una casa calentita con mis humanos y mi hermana Trufa, que es un perro. Ahora siempre tengo comida (¡a veces hasta atún!), me aprietan, me abrazan en las noches y en las mañanas y hasta salimos de viaje juntos a la playa o al campo. Mis hobbies durante estos años han sido varios: Dormir, que me hagan cariños en la guata (no hay que exagerar eso sí), jugar con Trufa y dormir un poco más. ¡Ah, y comer atún!